2018: NOS JUGAMOS LA DEMOCRACIA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Cajamarca, el miércoles 10 de enero 2018.
Redactado por: Mirtha Vásquez para Noticias SER

En medio de una rancia sensación que gira entre el enojo y la frustración, arranca el 2018 para nuestro país. El vértigo que nos provocaron los abruptos procesos no solo del indulto a Fujimori, sino su antesala configurada por la frustrada defenestración presidencial, todavía no termina de ser procesada por ninguno de los actores de esta golpeada sociedad. La sensación de no tener gobernante, de haber quedado sin partidos, el sentimiento de estar a la deriva en el Estado, la constatación de estar en manos de poderes cada vez más deslegitimados por su abuso descarado de poder, parece configurar el contexto nacional. 

En medio de este enrarecido ambiente, algunos gestos del gobierno preocupan más que otros. Frente a las contundentes expresiones de desacuerdo de la población por decisiones claramente irregulares, con evidentes vicios jurídicos, como el indulto a Fujimori, el gobierno “democrático” de PPK no ha tenido mejor respuesta que la represión, las justificaciones cínicas y absurdas de su actuación, y como no, el desafío de afirmarse en el autoritarismo, aún sabiendo que eso hace temblar los cimientos del Estado de Derecho.

“Somos obedientes de nuestros compromisos internacionales, pero tenemos una Constitución (…) Tenemos que hacer caso primero a nuestra Constitución” ha dicho la premier Mercedez Aráoz, hoy única vocera visible del gobierno, con relación a la posibilidad de intervención del Sistema Interamericano de Derechos Humanos para revisar el indulto. ¿Está anunciando acaso la posibilidad del desacato al principal sistema de garantía de derechos?   ¿estamos acaso desconociendo como país nuestros compromisos de Estado?

Hasta hoy, semejantes provocaciones solo estuvieron presentes en el gobierno golpista del indultado Fujimori, recordemos que en 1999 intentó, sin éxito felizmente, salir de la competencia del Sistema interamericano de derechos Humanos.  Después de esta nefasta época, solo gobernantes cuestionados y acusados de autoritarismo como Maduro en Venezuela o el ultraderechista Juan Hernández de Honduras, se han atrevido a confrontar el sistema.

Lo que está pasando en el Perú no es poca cosa, las declaraciones de la Ministra Aráoz no son solo un desliz de desconocimiento frente al valor de los compromisos internacionales, sino un desafío a la democracia, al Estado de Derecho, a la “buena convivencia internacional”, principio por el cual nos sometimos al Sistema interamericano de protección de derechos humanos, y por el cual no pretextar ni siquiera “soberanía nacional”.  Posición claramente violatoria del derecho internacional, posición altamente peligrosa para los derechos de los ciudadanos de este Estado, postura agresiva contra la democracia y la paz social.

La gran pregunta es ¿qué hacer frente a ello? Volvamos a los 90´, y volvamos no solo para recordar los graves hechos vividos en ese momento, sino para recordar las frontales luchas, las diferentes esfuerzos para recuperar la democracia.  Este año es un año decisivo, nos jugamos este país, su estabilidad, el respeto por nuestros fundamentales derechos.  Un temor si es evidente ¿estamos conscientes todos de lo que nos jugamos? Nuestro país partido, debilitado, marcado por las discriminaciones, donde las urgencias económicas cuentan prioritariamente, corre el riesgo de sacrificar sus libertades, su dignidad.

Fuente: Noticias SER