El día de hoy Derechos Humanos sin Fronteras (DHSF) recibió una grave denuncia de abuso y violencia por parte del personal de la empresa minera Antapaccay – Glencore en Espinar; se trata del señor Saúl Taco Corahua, él y su esposa Agripina Puma Ccaña, habitantes de la comunidad de Huisa (sector Cjuluyo) zona de influencia del proyecto minero Antapaccay, señalan que fueron agredidos de manera violenta y abusiva en 2 ocasiones por parte del personal de seguridad de la empresa minera.
Tal como señala Saúl, el último domingo 06 de marzo al promediar las 9 de la noche, trabajadores de la empresa minera Antapaccay, irrumpieron en su vivienda con maquinaria pesada y un buen número de hombres, no precisa el número exacto ya que la oscuridad del lugar no le permitía verlos, es donde que empiezan a destruir los materiales que él tenía en su casa: calaminas, puertas y material de construcción que guardaba en su vivienda; luego estas personas ingresaron al cuarto donde dormían, una vez en el lugar fueron golpeados salvajemente en medio de la oscuridad. Saúl indica que ellos viven solos en su propiedad desde hace años atrás.
Es así que el lunes 07 de marzo, siendo las 9 de la mañana, Saúl acompañado por su hermana fueron a la Fiscalía de Espinar y a la Comisaria de la Policía Nacional para poner la denuncia del caso; Saúl manifiesta que los trabajadores de estas entidades se negaron a recibir la denuncia mencionando que en las próximas horas enviarían a un personal para verificar las evidencias de la denuncia; pero nunca llego nadie a realizar tal constatación.
Luego de estos hechos, en la madrugada de hoy jueves 10 de marzo, un grupo de personas ingresó nuevamente a la propiedad de la familia Taco Puma y terminaron de destruir sus materiales de construcción y golpear salvajemente a sus animales. “Esto es salvajismo, una violación hacia mi persona y mi esposa; tengo una vaca que era buena y ahora está por morir, además mis ovejas no sé dónde están, ellos entraron directo al corral para torturarlas. La empresa no quiere conversar, de frente viene a golpearnos, todo el cuerpo nos duele, no sabe cómo nos han golpeado” menciona Saúl.
Durante su denuncia a Derechos Humanos sin Fronteras manifestó que eran constantemente observados con binoculares por el personal de la minera en los últimos meses. “De esta manera se aseguran de atentar contra mi hogar cuando yo no estoy en casa” indicó. Por todo ello Saúl Taco ha solicitado que se tomen las acciones del caso, pues teme por su vida y la de su esposa; ya que la minera ha venido ejerciendo la fuerza y el maltrato contra ellos impunemente.
En relación a este caso, algunos dirigentes de la comunidad de Huisa han señalado que la familia de Saúl Taco tendría problemas judiciales con la empresa por la tenencia del terreno, la mina alega que es la dueña, pues habría comprado los terrenos antes y la familia de Saúl no está dispuesta a moverse del lugar por ser los legítimos dueños. Más allá de los problemas judiciales, no se puede hacer uso de la fuerza y la violencia contra esta familia; desde DHSF hacemos un llamado a las autoridades de Espinar a investigar el caso, no es la primera vez que se cometen este tipo de abusos en la zona de influencia del proyecto minero Antapaccay.
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