Morococha, prosperidad entre escombros

"Nadie va a borrar el drama de vivir acá en Morococha. Jamás autoricé que derribaran mi casa", afirma con pesadumbre Aída Gamarra, quien vive en el antiguo Morococha, una localidad en ruinas después de que la minera china Chinalco llevara a cabo un conflictivo reasentamiento para explotar el tajo abierto de Toromocho. Aída comparte la lucha de otras 70 familias que se resisten a abandonar sus casas para trasladarse al Carhuacoto, la Nueva Morococha, que aparece como un pueblo fantasma: no hay trabajo, está situado sobre un bofedal, construido sobre una zona en riesgo, y las nuevas casas son de mala calidad. "Nos están sentenciado a desaparecer".

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