La organización ambientalista Grufides, en coordinación con la Dirección Regional de Producción del Gobierno Regional de Cajamarca y las áreas de Desarrollo Económico de las municipalidades, promueve proyectos productivos de economía social, solidaria e inclusiva en las provincias de Cajabamba, Cajamarca, Hualgayoc, San Marcos y Celendín
La Escuela de Alternativas Económicas Sostenible e Inclusiva, impulsada por la ONG ambientalista Grufides ha comenzado a dar su respaldo a proyectos agropecuarios con sabor cajamarquino. Este primer apoyo se ha materializado en cinco sesiones de capacitación centradas en la necesidad de promover alternativas económicas desde bases sostenibles en términos medioambientales y en la importancia de los roles desempeñados por las mujeres para las actividades económicas. Las formaciones vienen siendo impartidas desde el mes de marzo en las localidades de San Marcos, Cajabamba, Hualgayoc, Cajamarca y Celendín.
La escuela se promueve contando con el apoyo de las municipalidades. En este sentido, ofrece un espacio de acercamiento entre los funcionarios de los municipios y los/as productores/as de cada provincia. Esta colaboración permitirá dinamizar el desarrollo dentro de sus localidades no sólo en términos económicos, sino también sociales y sostenibles medioambientalmente.
No solo rentabilidad
La sostenibilidad es uno de esos conceptos de significado resbaladizo. Esto es algo que queda claro en la primera sesión formativa de la escuela de alternativa económicas impartida por el ingeniero Willian Valera, miembro del equipo de Grufides. Interrogados/as quienes participan en la sesión por tal concepto, se pone de manifiesto que la sostenibilidad, aplicada a los negocios, remite a un proyecto que es capaz de mantenerse en el tiempo.
Sin embargo, como subraya Valera, esta no es la única sostenibilidad que cuenta. O, al menos, no lo es para los proyectos que se pretenden promover desde la escuela de alternativas económicas de Grufides. En sus palabras, sostenibilidad “no es solo que perdure en el tiempo, sino que conserve los recursos, sobre todo los naturales”. Y ¿por qué se tendrían que preservar estos bienes naturales? Para esta pregunta, el ingeniero también tiene una clara respuesta: “Porque nosotros no somos los únicos. Sostenibilidad es asegurar los medios productivos para las futuras generaciones”. Es por todo ello que Valera anima a que los planes de negocios incluyan un apartado referente a la sostenibilidad entendida en términos ecológicos. Lanza, además, una advertencia en este sentido: “Estamos promoviendo más el tema económico que el sostenible y, por eso, muchos proyectos se caen”.
Sostenibilidad vs extractivismo
Este afán por promover emprendimientos en clave sostenible se opone a la lógica extractivista basada en explotar al máximo recursos que, por su naturaleza, suelen ser finitos tales como los minerales y los hidrocarburos. No obstante, dicha lógica afecta también a otros ámbitos. Es la que opera cuando se depredan los mares para obtener todo el pescado posible sin tener en cuenta que se está esquilmando el ecosistema, así como las mismas colonias de peces y de otros seres sintientes que habitan el entorno. De igual modo, como apunta Mirtha Vásquez, abogada de Grufides, se halla presente cuando se arrasa la Amazonía porque “sobre todo grandes compañías quieren que se quede libre el espacio para hacer agricultura para la exportación”.
Como precisa Vásquez, el modo en que se maneje el sistema económico no solo influye en la degradación de la naturaleza, sino también en que se generen conflictos por el territorio y, por ende, por los mismos bienes naturales. La abogada es clara en este sentido: “Estos megaproyectos cambian tu forma de vida”. Así, por ejemplo, como prosigue la misma Vásquez: “La minería impide la posibilidad de ser agricultores”. La abogada ve en ello un riesgo para la seguridad alimentaria, en la medida en que “estamos perdiendo posibilidades de producción de alimentos de calidad” y, por tanto, de acceso a los mismos. No le falta razón. Así, bajo la hegemónica lógica extractivista en la que se halla el país, Perú vive la cruel paradoja de ser un importante productor y exportador de alimentos mientras que el 11,7% de las niñas y niños menores de cinco años padece desnutrición crónica, de acuerdo con los últimos datos disponibles extraídos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2022 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Por el contrario, las alternativas económicas impulsadas desde una lógica de sostenibilidad buscan generar un círculo virtuoso en su entorno más cercano. En palabras de Rocío Chunqui, promotora de la escuela de alternativas económicas, este espacio es “para productores interesados en seguir fortaleciendo sus organizaciones y generar la dinamización de la economía local de manera sostenible e inclusiva, es decir organizaciones responsables con el medio ambiente en las que se involucren también a mujeres y jóvenes”.
Emprendimientos con nombre de mujer
Grufides tiene una dilatada experiencia en impulsar proyectos productivos de economía social y solidaria. Fruto de este esfuerzo, han nacido tres emprendimientos liderados por mujeres. Nuwa Jaén, el de más larga data, es una marca colectiva radicada en Jaén (Cajamarca). Dedicada a la producción de chocolates y cafés, esta cooperativa conformada enteramente por mujeres vende sus productos más allá de las fronteras de su distrito, participando en ferias de alcance nacional, y tiene como objetivo conseguir la certificación de comercio justo. Por su parte, Aromas de Jalca es una marca colectiva especializada en la elaboración de productos de higiene personal, salud y belleza. Impulsada por las defensoras ambientales de la ciudad de Cajamarca, quienes han identificado las enormes propiedades de las plantas que crecen en la jalca cajamarquina, demostrando con la práctica que este entorno natural tiene mucho que ofrecer si se lo preserva en buenas condiciones. De hecho, ellas mismas usan estas plantas para elaborar sus productos. Por último, Frutos del Valle (FRUVA) es una cooperativa focalizada en la cadena productiva del cuy, actividad de suma importancia para el Valle de Condebamba. FRUVA nace, igualmente, de la conciencia de las defensoras ambientales por el cuidado de su entorno y de las enormes potencialidades que aguardan en el Valle prestas a ser descubiertas por una mirada atenta.
Con estos proyectos, las mujeres demuestran que pueden ser auténticos motores para las economías de sus hogares y de sus entornos más próximos. De igual modo, enseñan con su ejemplo que su contribución en este sentido es fundamental, aunque no siempre bien reconocida y valorada. Cuando las mujeres consiguen el apoyo que les permite igualarse en condiciones de equidad a los hombres, ellas logran una autonomía económica que, en último término, es una salvaguarda frente a situaciones abusivas y violentas. De acuerdo con ello, las mujeres merecen por derecho propio disponer de un entorno propicio para sus iniciativas económicas y, con ello, estar en mayor disposición de disfrutar de vidas más plenas y seguras.
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