La empresa minera que esta semana estuvo en el ojo de la tormenta tiene en total más de US$ 10 millones de dólares por infracciones ambientales. A eso se le suma el haberse declarado insolvente y el reclamo laboral de sus trabajadores.
Por José Carlos Díaz Zanelli
Servindi, 14 de agosto, 2015.- Luego de algún tiempo la compañía minera Doe Run ha vuelto a estar en el ojo de la tormenta esta semana. Todo a raíz del bloqueo de la Carretera Central que protagonizaron sus trabajadores en La Oroya y que, tras enfrentamientos con la Policía, terminó con el fallecimiento de un poblador a manos de los efectivos del orden.
La situación actual es de una calma provisional en La Oroya mientras se instala una mesa de diálogo entre la empresa, los trabajadores y el Gobierno. Sin embargo, es este un momento propicio para recordar el pasado de una de las empresas mineras más polémicas que hayan operado en el Perú: Doe Run S.R.L.
Millonarias multas
Desde 1997 esta compañía opera en el Complejo Metalúrgico La Oroya, en Junín. Y desde entonces hasta hoy, ha acumulado un racimo de infracciones ambientales que la convierten en una de las empresas extractivas más perniciosas para el medio ambiente.
De acuerdo a un mapa de infracciones ambientales de Convoca, solo entre el 2009 y 2013 Doe Run sumó hasta 19 sanciones. La mayoría de ellas son por incumplimiento de su Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y por exceder los límites máximos de contaminación. El monto total de estas multas es de US$ 8 millones 800 mil dólares.
La más onerosa de estas infracciones corresponde a una multa de US$ 2 millones 740 mil dólares de febrero del 2011. Esto, según la propia resolución de OEFA, por haber excedido los valores de emisiones contaminantes que estipulaba la empresa en su propio instrumento de gestión ambiental. La sanción fue en su momento apelada por la compañía y dicha acción se declaró infundada.
Más infracciones
Pero eso no es todo, pues luego de declararse insolvente y entrar en proceso de liquidación, Doe Run siguió operando en La Oroya y en la unidad minera Cobriza, ubicada en Huancavelica. Bajo ese estado la empresa siguió cometiendo irregularidades.
Por ejemplo, en La Oroya acumuló multas por US$ 2 millones 586 mil dólares por volver a incumplir su propio instrumento de gestión ambiental. Como suele hacer la empresa, las sanciones fueron apeladas y una de ella se declaró fundada en parte, por lo que el monto aún es susceptible de modificación.
Mientras tanto en Huancavelica se le impuso una multa de US$ 136 mil dólares por incumplir una norma de manejo de residuos sólidos. Esta resolución data de setiembre del 2013 y el fallo de la apelación presentada por Doe Run sigue pendiente.
Reclamo laboral
Todo esto, sin embargo, se mantiene al margen de las demandas de los trabajadores que esta semana derivaron en un conflicto en plena Carretera Central. Resulta que tras declararse insolvente, Doe Run puso en licitación las operaciones del Complejo Metalúrgico La Oroya la subasta se declaró desierta.
Ante este escenario, la posibilidad de liquidar a los más de 2 mil trabajadores que operan en la zona es cada vez más viable. Esto derivó en el conflicto que esta semana terminó con un muerto y que, de no encontrar solución en la mesa de diálogo, se podría reanudar en los próximos días.
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