"Solo quiero que me dejen vivir tranquila en mi terreno y que no contaminen mi agua".
La peruana Máxima Acuña -quien no es dirigente, ni activista, ni aspira a ser líder- asegura que eso es todo lo que desea.
Sin embargo, este lunes en la tarde recibirá el premio Goldman, el galardón ambiental más importante del mundo.
Es el mismo reconocimiento que otorgaron en 2015 a la activista hondureña Berta Cáceres por liderar una campaña contra la represa Agua Zarca, a cargo de la más grande constructora de plantas hidroeléctricas.
Cáceres fue asesinada seis meses después de recibir el galrdón, el 6 de marzo de este año.
Acuña se enfrenta desde 2011 a Yanacocha, un consorcio minero que posee la concesión para explotar el yacimiento aurífero más importante de Perú y de América Latina, y es eso lo que la ha hecho merecedora del premio.
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